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La Corrobra "Estampas Jurdanas" volverá al festival 'JATU', en Plan Ve

La Corrobra “Estampas Jurdanas” volverá al Festival ‘JATU’

 

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De la mano de la Diputación Provincial de Cáceres, aunque los jurdanos son muy diestros para saltar entre los riscos y seguro que no tropezarán al subir o bajar las escaleras del ‘Arco de la Estrella’, harán su entrada en la capital de la provincia ‘mangurrina’, un año más, los compañeros de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’.  Algunos titulares en variopintos periódicos hablan de la ‘gran explosión festiva del mundo rural en la capital de la provincia cacereña’.  Pero el sábado, día 18 de mayo, efemérides de San Próspero y Santa Claudia, plato fuerte de la tríada dedicada a la Cultura Tradicional y Popular, no es una fecha muy apropiada.  Fiestas de las Comuniones, que se han convertido en bodas infantiles (alargada es la sombra de la sociedad de consumo, para mayor gloria de las grandes superficies), salpican todo el ámbito provincial.  Aparte de ello, en las zonas cereceras ya está el personal con la cesta colgada al cuello.  Nuestra ‘Corrobra’ se las ha visto y deseado para reunir a una gavilla de compañeros, pocos pero gallardos, que dejen el pabellón del ‘Carnaval Jurdanu’ a la altura que se merece.  Bien creíamos que, por primera vez en la historia del grupo, no tendríamos tamborilero para llevar a buen puerto los antruejos.  Si falta este músico popular, parte esencial y secular en muchas comarcas, no solo de Extremadura, de toda fiesta que mamó de las ubres de la tradición más acrisolada, entonces… ¡apaga y vámonos!

Efrén Gómez Gómez y Emiliano Jiménez Domínguez, dos tamborileros jurdanos, de la alquería de La Aceña y de la villa jurdana de El Casar de Palomero, respectivamente, citado en la crónica por su vinculación con la “Escuela de Tamborileros de El Mesegal”.  (Foto: Turismo. Diputación Provincial de Cáceres).
Mario Sánchez Sánchez, un tamborilero de los grandes con solo 13 años.  De Pinofranqueado.  Miembro, junto a su madre, Teresa Sánchez Vázquez, de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’.  (Foto:  Teresa Sánchez)

Sosegadas han quedado las aguas cuando ha confirmado su asistencia el más pequeño de la cuadrilla: Mario Sánchez Sánchez, de la localidad jurdana de Pinofranqueado y que, con solo 13 años (los hizo el pasado marzo), toca como los querubines la gaita y el tamboril. Mario es nieto de Manuel Sánchez Iglesias, conocido, cariñosa y comarcalmente, como ‘El Vaca’, de la alquería de Arrolobos, de la que fue ‘Rey del Carnaval Jurdanu’ en la edición de 2003, nombrado por unanimidad en concejo abierto.  Miembro de ‘Estampas Jurdanas’, donde se embutió en diferentes personajes, ya fuere en los ‘Entruejus’ o en los rituales de ‘La Carvochá’.  Los años se le echaron encima y tuvo que retirarse a los cuarteles de invierno.  Ahora, un nieto le ha salido tamborilero, y de los grandes.  Aplicado alumno de la ‘Escuela de Tamborileros de El Mesegal’, llamada así a tenor de la alquería jurdana donde está enclavada, y que tendrá su hueco en ‘Jatu’.  La promovió un día el buen discípulo y gran amigo, Efrén Gómez Gómez, hijo del caserío de La Aceña.  Excelente tamborilero, como lo es también Emiliano Jiménez Domínguez (‘Nanu de Las Jurdis’’), de la villa jurdana de El Casar de Palomero, y el que cogió la batuta nada más abrir sus puertas el aula del tamboril y la flauta.   Los aires tradicionales siguen su ritmo y, tal vez, el eminente etnomusicólogo placentino, de talla internacional, Manuel García Matos, creador de los ‘Coros Extremeños’ y ‘Premio Nacional de Folklore’ en 1945, se equivocó cuando se alarmaba con estas palabras: ‘Hubo tiempo en que no existió en la comarca (entiéndase zonas extremeñas de tradición tamborilera) un pueblo o aldea, por pequeños que fuesen, que dejaran de tener su tamborilero propio.  Hoy, desgraciadamente, muchos de esos pueblos han perdido ese músico tradicional y típico por haber dado paso a una atrevida ignorancia y un funesto deseo de modernidad a esos cacharros musicales llamados manubrios u organillos (…).  García Matos se expresaba de tal forma en 1944.  Venteó, chuceó, tronó y calentó mucho el sol largos lustros hasta que nosotros, jóvenes dispuestos a comernos el mundo, llegamos a impartir nuestras pedagogías a las altivas montañas del brezo y la pizarra.  No nos limitamos a las cuatro paredes del centro, propio del jacobino centralismo educativo, y las rompimos a martillazos, confraternizando con el entorno y metiéndonos hasta las cejas en sus orbes tradicionales.  Descubrimos diamantes en bruto y aprendimos mucho, muchísimo, de la noble gente de Las Hurdes.  Aún seguimos aprendiendo. Cuando llegamos a la comarca, había tamborileros hasta debajo de las piedras. Recuerdo aquellos años 90, cuando el ‘Día de Extremadura’ se celebraba en Trujillo. Me había abierto brecha en distintos periódicos y revistas y colaboraba con ellos. Columnas, reportajes, artículos… por donde Las Hurdes se paseaban cabalgando sobre mi pluma. Derramé litros de tinta escribiendo sobre sus ritos y fiestas ancestrales.  Desde la Junta de Extremadura me telefoneaban para que llenara un autobús de tamborileros y los animase a callejear por la ciudad trujillana. Le metían a cada uno 11.000 pesetas de las de antes en el bolsillo y la comida.  ¡Y allá que iba, arropado por más de 30 tamborileros! Tiempos en que Ángel Domínguez Morcillo, ‘esparragueru’ de Valdeobispo, maestro de escuela (varios años en Las Hurdes) y antropólogo, tañedor de infinidad de instrumentos, sin faltar el tamboril y la gaita, iniciaba su peregrinaje en busca de los tamborileros, siguiendo las huellas de García Matos.  Apostaría doble contra sencillo que es la persona que más ha investigado sobre estos músicos populares y su arcaico instrumental.  No se puede (¡atento al dato!) organizar congreso, jornada o seminario sobre estos temas sin contar con él.  Fue entonces cuando, entre la multitud que ‘trujillaneaba’ por las calles, descubrí unas ‘Criptas de Fuchs’ y otros estromas y humores acuosos (fervor adolescente de la ‘Centaurea Cyanus’) y quedaron eternamente fijados en los cuerpos mamilares de mi hipotálamo (soñar es saludable y placentero).  Desde aquel día, el aciano fue mi flor preferida.

Manuel García Matos, el celebrado etnomusicólogo extremeño.  Ataviado con la indumentaria propia de algunas comarcas del norte cacereño y tocando la flauta y el tamboril. (Foto: “Nuestra Música”)

El ‘JATU D,OGAÑU’

 Ángel Domínguez Morcillo, el más insigne investigador del momento sobre la figura del tamborilero, su tamboril y su gaita.  En compañía de la musicóloga berlinesa Gaby Bultmann.  (Foto: Archivo Ángel Morcillo)

Ambicioso el programa trazado por los responsables de la Diputación cacereña para el tercer y próximo fin de semana del presente mes de las flores.  No es misión de este prosista y rebelde por muchas causas el enumerar todos los actos programados.  Ya están bien publicitados y corren por las redes que se las pelan. Me limito a jugar mi papel de coordinador de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ y a garabatear unos renglones que, aunque salgan rectos en el ordenador, están llenos de curvas y barrancos, e incluso de frases crípticas, solo aptas para quienes tienen las claves de la escritura cuneiforme. No solo tendrá la voz cantante, respecto a la tierra de Hurdes, el grupo que tengo el honor de coordinar; no de mandar ni dirigir. Somos asamblearios y todas las circunstancias se resuelven a través del wasap grupal. No existe ningún tipo de jerarquías. Si el ‘Carnaval Jurdanu’ se caracteriza por ser antiautoritario, heterodoxo, fraternal, solidario, frontalmente opuesto a la sociedad de consumo, libertino y libertario, no podemos equilibrar nuestras anatomías, especialmente nuestra masa cerebral, sobre estructuras verticales. Decía que nosotros no somos los únicos que llevamos la batuta, que otros también descenderán de la comarca jurdana, ya sean de Pinofranqueado o de Nuñomoral; de Casares de Las Hurdes o de Casar de Palomero, sin dejar atrás a los que no tienen que trasponer cordilleras, porque ya están en el llano, como la asociación de ‘Jurdanos en Cáceres’. Un servidor, siendo visceralmente respetuoso con la variante dialectal (raíz astur-leonesa mezclada con herencia de sustratos de las lenguas romances) hablada en ‘Las Jurdis’, rotularía dicha asociación como ‘Jurdanus en Caçris’.  Lo sentimos porque el grupo de jovencísimos danzarines del ‘Paleu’ (danzas de paloteados), de Caminomorisco, no puedan estar presentes, por la cuestión de las Comuniones. Os echaremos de menos, chavalitos, al igual que a Pepi Gómez, que es ‘La Graciosa’‘Zurronera’ ‘Palotera’, y a Efrén, que es el que tañe la flauta y aporrea el tamboril. A ver si tocamos algunas teclas y arrancamos algunos maravedíes a Paloma, la que marcha a la cabeza de la sostenibilidad turística, para que os embutáis en las indumentarias propias, según marca la tradición, de los danzantes de los paloteados, acorde con el testigo que os legaron vuestros antepasados.

La flor del aciano (‘Centaurea Cyanus’) brotando de las auténticas y celestes médulas de la diosa de la primavera.  Reflexion de ‘Werther”

‘El Jatu d,Ogañu’ (La UNESCO insta a la Administración regional a salvaguardar y difundir la ‘Lengua Estremeña’, que por algo la ha considerado como ‘Lengua Minoritaria’) queda mejor que eso del ‘Festival Jato de este año’, que hemos visto en varias páginas.  Pero de esto sabe mucho más mi buen amigo y compañero que fue de fatigas en el instituto de Montehermoso, Ismael García Carmona, filólogo y profesor de Clásicas, y, además, el mejor poeta en la mentada Lengua dentro de los actuales panoramas literarios. Pondremos toda la carne, aunque prefiramos mejor un buen ‘moji del pescaol’ que un chuletón, en el asador y ansiamos que por ‘El Jatu d,Ogañu’ corra la savia de nuestras raíces y sirva de varapalo para todos esas voces de alcaldes de vara o mayordomías que se dedican a sustituir a nuestros tamborileros, en fiestas y rituales, ya sean sacros o profanos, por esas orquestinas de las que hablaba Manuel García Matos; o lo que es peor, por música enlatada. Preferible las monótonas estridulaciones de las cigarras bajo los soporíferos calores del mes de julio. Entre el gentío que asista al festival, esperamos, aunque ahumadas antiparras se coloque ante epitelios pigmentarios, la ‘Centaurea Cyanus’.  Nosotros, llevamos en nuestro bolsillo los tres sonetos prometidos: ‘les yeusx’, ‘les lèbres’, ‘les mains’ (la memoria es selectiva y rápidamente chisporrotea con los buenos recuerdos de otros tiempos).  Somos tan idealistas que creemos hasta en lo imposible.  Sonetos a cambio del caramelizado y artesal ‘pirulin’ de la festividad de Todos los Santos.  ¡Salú y a desfrutal de lo nuestru!

Ismael Carmona García, al que citamos en la crónica, como el mejor poeta en ‘Lengua Estremeña’ y polifacético investigador de campo por las tierras de nuestra comunidad autonoma.  (Foto: Archivos Ismael Carmona)

 

Quema del Morcillo

Foto superior:-‘Carnaval Jurdanu’: Edición en el pueblo de Cambrón, 2024.  Quema de “El Morcillu”, pelele también llamado ‘Don Perico’, “El Mingorru” y “Pericón el Galicianu”.  (Foto: Florentino Velaz Domínguez)

Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor.

Publicado el 15 de mayo de 2024

 

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